"La web de hoy es sólo la punta del iceberg. Llegarán nuevas tecnologías mucho más poderosas que nos permitirán hacer cosas que jamás hubiéramos imaginado. Lo mejor está por llegar". Así de contundente se expresó Tim Berners-Lee, el padre de la World Wide Web, en el apasionado discurso que pronunció en un abarrotado auditorio del CERN en Ginebra, para celebrar el 20º aniversario de su invento revolucionario.
El físico británico que hace dos décadas propuso por primera vez la idea de crear un "sistema global de información vinculada" ha dedicado muy poco tiempo a mirar hacia atrás con nostalgia, y se ha dedicado fundamentalmente a presentar su visión optimista del futuro ciberespacial.
"El peligro de celebrar un aniversario es la tentación de hablar sólo de lo que hicimos, en vez de lo que nos queda por hacer", aseguró Berners-Lee. "Pero es una locura quedarnos quietos mirando hacia atrás, cuando aún podemos hacer mucho más por cambiar el mundo".
Tras recordar que "un 80% de la Humanidad todavía no tiene acceso a Internet", el pionero de la Web destacó dos caminos fundamentales que en su opinión deben seguirse para extender el acceso al conocimiento en la Red por todo el planeta.
Retos
En primer lugar, Berners-Lee considera que el acceso a la Web a través de los teléfonos móviles tiene que mejorar mucho. "En los países en vías de desarrollo, la única manera de conseguir que muchas personas utilicen la web es a través de la telefonía móvil", recalcó el científico británico.
Para mejorar esta situacion, Berners-Lee explicó que está impulsando un proyecto a través de su nueva fundación (Web Foundation), para promocionar la expansión del acceso a Internet en todo el mundo, y sobre todo en los países más pobres, a través de los móviles.
El otro camino fundamental que Berners-Lee considera debe seguirse para que la Web continúe desarrollándose de la manera "que más favorezca a la Humanidad" es a través del Linked Open Data Movement, una iniciativa que pretende derribar las barreras actuales entre grandes bases de datos (como Wikipedia, Google, etc.) para vincular toda la información relacionada en la Web, de tal manera que sea mucho más fácil acceder a los datos que busca cada internauta.
"La Web es cada vez más inmensa y compleja, y no para de crecer. Pero por eso es fundamental que realmente descubramos cómo la gente usa la Web para desarrollarla de tal manera que sirva mejor a los intereses de los usuarios", enfatizó Berners-Lee.
Qué quieren los usuarios
Para lograr este objetivo, el físico británico también explicó que la otra prioridad fundamental de su fundación será promover lo que ha bautizado como 'Web science', la 'ciencia de la Web', un gran proyecto multidisciplinar en el que participarán investigadoras de muchos campos (psicólogos, sociólogos, economistas, etc.) para analizar a fondo los hábitos de los internautas, lo que buscan en la Web y lo que hay que hacer para mejorar la capacidad de la Red para proporcionar la información que se busca.
En definitiva, Berners-Lee quiso dejar claro que a sus 20 añitos, su criatura no ha hecho más que nacer, y le queda todavía mucho por madurar para alcanzar su máximo potencial.
Para Berners-Lee la revolución del ciberespacio sólo ha dado sus primeros, tímidos pasos.
"Vago, pero emocionante..." ("Vague, but exciting..."). Éstas fueron las tres palabras que garabateó Mike Sendall, uno de los directivos del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), en los márgenes de un documento que le presentó un brillante físico de 34 años llamado Tim Berners-Lee en marzo de 1989.
El título era más bien tímido: 'La gestión de la información: una propuesta'. Y de hecho, sus aspiraciones iniciales eran relativamente humildes. La intención de Berners-Lee era desarrollar una herramienta informática para que la comunidad internacional de físicos de partículas, desperdigados por todo el planeta, pudiera compartir sus conocimientos científicos de forma rápida y sencilla.
Lo que nadie hubiera podido imaginar en aquel momento era que ese borrador representaba el embrión de una de las mayores revoluciones tecnológicas de todos los tiempos.
El nombre de la criatura tampoco estaba claro en aquel momento: Berners-Lee inicialmente barajó la posibilidad de bautizarla como "malla de información" ("infomation mesh") o "mina de información" ("mine of information"). Tuvo que pasar más de un año hasta que en mayo de 1990 se le ocurrió la genialidad que hoy conocemos y tecleamos los internautas en todo el mundo: World Wide Web (WWW).
Celebración
Hoy se cumplen 20 años desde aquel histórico 'momento eureka' en el que este genial científico concibió la idea de diseñar "un sistema universal de información vinculada", tal y como él mismo la definió en aquel documento preliminar. Y como no podía ser de otra manera, se ha organizado una gran fiesta para celebrar este aniversario en la cuna suiza de la web, el CERN de Ginebra, donde la estrella invitada es el propio Berners-Lee.
Hoy, hace dos décadas, se concibió "un sistema universal de información vinculada".
En el espectacular edificio conocido como el Globo, una estructura esférica de madera en el corazón del CERN, rodeado por las cumbres nevadas de la cordillera del Jura, se respira un ambiente festivo. Muchos de los asistentes llevan camisetas decoradas con la mítica frase "vago, pero emocionante" que escribió el supervisor de Berners-Lee en su documento fundacional de la web, y el gráfico original que dibujó para explicar el concepto.
En el centro del auditorio donde va a tener lugar la celebración, bautizada como worldwideweb@20, los organizadores han colocado el histórico ordenador NeXT que usó Berners-Lee para programar el prototipo de 'software' de navegación en la red y diseñar la primera página web, una auténtica reliquia en la historia de la tecnología.
"Es muy emocionante poder trabajar en el lugar donde nació la web", asegura a elmundo.es Cyril Chesneau, un joven ingeniero informático que hoy se dedica a la programación en el mismo departamento donde Berners-Lee concibió su idea pionera. "¡Y pensar que al principio sólo estaba pensado para ayudar a los físicos a intercambiarse sus fórmulas y ecuaciones!", añade antes de soltar una sonora carcajada.
Detalle del pionero navegador Next. | CERN
A los físicos de partículas se les suele acusar de realizar experimentos carísimos sin ninguna aplicación práctica. De hecho, la última gran apuesta del CERN, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), conocido popularmente como la 'máquina del Big Bang', ha resultado hasta ahora un fiasco total tras la avería que la dejó fuera de juego tras su inauguración el pasado mes de septiembre.
Sin embargo, fue precisamente en el CERN donde hace ahora dos décadas surgió una de las innovaciones tecnológicas que más ha transformado (y continúa transformando) la comunicación entre seres humanos en el mundo globalizado del siglo XXI.
Herramienta de laboratorio
En su histórica propuesta inicial, el propio Berners-Lee señalaba que la necesidad urgente que tenían los físicos de establecer una herramienta eficaz para compartir información entre todos los laboratorios del planeta era "un modelo en miniatura del resto del mundo dentro de unos pocos años". Desde el principio, por lo tanto, el padre de la web ya vislumbraba el potencial de su idea para facilitar el intercambio y la transmisión de información en todos los ámbitos de la sociedad.
El concepto clave de la propuesta de Berners-Lee fue el hipertexto, esa herramienta genial mediante la cual hacemos click sobre una información que nos interesa, para llegar a otra dirección donde obtenemos más datos y más vínculos para seguir navegando y accediendo a más información.
Pocos meses después de aquel primer borrador, tras desarrollar el primer prototipo de un buscador, Berners-Lee creó en el CERN el primer sitio web de la historia: http://info.cern.ch/hypertext/WWW/TheProject.html, donde se presentaba información sobre su innovador proyecto, se explicaba el concepto del hipertexto y se precisaban los detalles técnicos sobre cómo crear una página web.
Sin embargo, un sitio web es como un teléfono: no sirve de mucho si sólo hay uno. Inicialmente, era muy difícil que el sistema se extendiera, ya que los ordenadores del CERN eran mucho más avanzados y potentes que los que tenían otros centros de investigación, y por supuesto que los PC caseros.
Pero en la primavera de 1991, tan sólo dos años después de que Berners-Lee presentara su propuesta inicial en el CERN, se creó el primer 'software' universal que podía instalarse en cualquier ordenador para navegar y buscar información en la web.
Y fue así como aquella "vaga pero emocionante" propuesta del genial físico del CERN desencadenó una auténtica revolución cultural que hoy sigue en marcha.
Pablo Jáuregui | Ginebra
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